Los valores de una empresa del siglo XXI son el medio para generar vínculos reales y duraderos con los clientes. Las empresas con valores tienen beneficios económicos, pero además también generan impactos positivos en las personas y en su entorno. Es así porque así lo queremos los consumidores. Cada vez más.
Es un hecho indiscutible que todo está conectado: nuestro entorno con nosotros y viceversa. Hablamos del planeta, los seres vivos, las personas y su forma de vida, de la sociedad y cómo esta influye en todo lo demás. Las empresas forman un papel importante en nuestro ecosistema y su responsabilidad es enorme. Un empresario que está haciendo esfuerzos para que tengamos un presente y un futuro mejor, que colabora en pro del bien común, nos beneficia a todos. Por eso debería hacernos saber ese esfuerzo: porque cada vez somos más los que queremos colaborar a su causa, que es la nuestra. ¿Cómo alineamos nuestros valores con los valores de una empresa?
Las personas tenemos que tomar decisiones de compra constantemente: en la empresa, en casa, en el supermercado o en la tienda de proximidad. Estamos tomando decisiones de compra o contratación de servicios constantemente.
Necesitamos herramientas e información que de verdad nos ayuden a tomar decisiones. Información sobre la propuesta de la empresa para decidir qué comprar. Tomar mejores decisiones en nuestras compras y premiar con nuestra elección y nuestro dinero a quien se lo merezca, que mire por nuestra salud y por nuestro entorno.
De vez en cuando salen a la luz escándalos de empresas que realizan malas prácticas en lo social y medioambiental. Como digo, salen a la luz porque quieren permanecer ocultas o camufladas con mentiras o greenwashing.
La responsabilidad social de una empresa tiene que ver con los impactos positivos que esta genera en las personas más cercanas: empleados, colaboradores, proveedores, clientes, etc. De dentro hacia afuera, de lo local a lo global.
Pues hagamos lo contrario con las buenas intenciones: llevemoslas a la luz para que todo el mundo pueda verlas y confiar en ellas. Hay que contarlo.
La palabra hablada es más auténtica que la escrita.
Como dice la canción: “siempre se repite la misma historia”. En las conversaciones con empresarios sobre sus productos, sus procesos de fabricación o la maravilla de proveedores que tienen, siempre sucede lo mismo: escucho atentamente lo que me dicen y lo retengo. Luego observo y leo la comunicación de su empresa, de sus productos y servicios, y los mensajes tienen poco o nada en común. Las palabras ganan por goleada a las imágenes y mensajes de su empresa. El negocio tiene un discurso diferente al de sus dueños y dirigentes, sin que éstos sean conscientes.
¡Vaya contradicción! Pero es algo que nos pasa a todos. Es muy complicado construir en paralelo las narrativas visuales y los mensajes escritos con las palabras habladas. Pero no imposible.
Las palabras son más espontáneas pero también más enraizadas a nosotros, más profundas en nuestro conocimiento. Son más auténticas y lo auténtico vende.
A las personas nos gustan los proyectos auténticos y con personalidad.
Si quieres saber si tu comunicación está alineada en este sentido, te propongo tres preguntas que puedes hacerte:
- ¿Los mensajes que verbalizas en conversaciones sobre tu empresa son los mismos que los que tienes en los titulares de tu página web?
- ¿Los valores que defiende tu empresa son pocos, propios, profundos y están alineados con tu persona desde hace tiempo?
- Piensa en un solo valor o concepto que te defina como persona y empresario, el más importante; tanto que sin ese valor no habría negocio. ¿Está incluido en alguna parte de la comunicación de tu empresa? ¿Está en un lugar destacable?
Llevar la conversación a la narrativa empresarial.
¿Y si fuésemos capaces de llevar todas esas claves importantes a la comunicación de tu empresa? ¿Reunir esas palabras para que no se las lleve el viento, reconocer los mensajes substantivos y crear con ellos impactos informativos de calidad sobre tu empresa? En Mejor lo hacemos, por eso para nosotros son tan importantes los talleres con las personas que toman las decisiones en las empresas.
Una marca y un buen sistema de branding es la herramienta ideal para que los demás perciban todo ese valor:
- Puedes contar qué tu producto es respetuoso y sostenible. Y eso lo hace mejor.
- Que los demás conozcan qué valores defiende tu empresa y qué es lo más importante para vosotros. Y así poder alinearse con esas ideas.
- Que quien te compra conozca los detalles de tu producto, la elaboración y cuidado en tus procesos. Porque son importantes.
- Tus materias primas de calidad y proveedores respetuosos, los que te acompañan en tu proceso.
- Quiénes son las personas que elaboran tu producto o servicio y cómo cuidas de ello. Porque los equipos de personas cuentan más de nuestra empresa de lo que nos imaginamos.
Por eso los valores de una empresa del siglo XXI son tan importantes, por que nunca antes hemos tenido la oportunidad de comunicarlos como hasta ahora.
Te invito a ponerte en contacto conmigo y poder conversar juntos sobre cómo la comunicación de tu empresa puede contribuir a cambiar el mundo.